Todas las personas con las que nos relacionamos pueden enseñarnos algo si estamos dispuestos a aprender, y por supuesto, los psicólogos aprendemos enormemente de nuestros pacientes y de las personas que acuden a nuestra consulta. Una de las cosas que nunca deja de sorprenderme es la capacidad de aceptación que algunas personas adquieren hacia sus problemas y el sentido del humor con el que los afrontan. El siguiente microrelato ha sido escrito por una persona que ha sabido aprovechar sus habilidades y su ingenio para darle otra perspectiva a una problemática que conoce muy bien. TOC. Toc. «Mete la llave limpiamente en la cerradura; uno, dos, tres, cuatro y cinco giros. Puerta abierta. Entra y cierra; uno, dos, tres, cuatro y cinco. Hoy llega tarde a casa, el médico se retrasó con la cita. Nunca ha soportado que la hagan esperar. El salón estaría en perfecto orden si no fuese…
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